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La nueva era PostDigital

Hace poco más de un año Pepe de la Peña y yo comenzamos juntos el camino hacia un sueño: escribir un libro sobre Transformación Digital. Era Septiembre de 2014 y, por aquel entonces, solo algunas de las grandes multinacionales hablaban de Transformación Digital. Telefónica o Accenture ya habían establecido estrategias de Digitalización, poniendo los cimientos para esta gran revolución, aprendiendo, explorando e innovando.

Han pasado pocos meses y la situación ha cambiado radicalmente. Parece que a nuestro alrededor no se habla de otra cosa que no sea Transformación Digital: digitalización en foros, conferencias, especiales en prensa, consultoras especializadas… Es bueno ver que la industria y las empresas se están despertando ante la necesidad imperiosa de cambiar y de digitalizarse para no quedarse atrás. Es muy importante que nuestro tejido empresarial reaccione y que aplique la tecnología, que se centre en sus clientes, sea valiente y comience a dibujar su mapa hacia el futuro, un futuro donde conocerá mejor a sus clientes y logrará aportar un valor diferencial para generar vínculos difíciles de romper.

Los que hayáis leído el libro “La gran oportunidad. Claves para lograr el éxito de la transformación digital” conocéis la fórmula con la que buscamos simplificar los ingredientes necesarios para lograr el éxito de dicha transformación, pero no es eso lo que quiero compartir con todos vosotros hoy. Durante este año, además de leer mucho más a cerca de tecnología, he tenido la gran fortuna de charlar con muchos responsables de empresas en pleno proceso de cambio, dar charlas y escuchar preguntas y puntos de vista diversos y, sobre todo, mucho tiempo para pensar.

Me gustaría compartir con vosotros, las variables que, para mi, resumen y definen el maravilloso momento que nos ha tocado vivir.

Para mi la transformación digital es Renacimiento, Mezcla y Super Inteligencia. 

  • Estamos viviendo un Renacimiento con cierto parecido a lo que se vivió entre los siglos XV y XVI, época en la que se desarrolló un enorme entusiasmo por el estudio de la Antigüedad clásica y se llevó a su máximo desarrollo el germen del humanismo. En la actualidad, las ciencias clásicas como las matemáticas, la física, la química, la antropología resurgen, “renacen” y además se combinan con alta tecnología y con ingredientes más “humanos” como el diseño y el arte.

Este resurgir de las ciencias clásicas y su combinación está provocando una explosión tecnológica que, además, avanza a una velocidad no vista hasta ahora. Nos está permitiendo vivir una era como no se había vivido hasta ahora, donde estamos presenciando los inicios de un nuevo Renacimiento Humano que nos dará poderes y capacidades para vivir una vida casi de Ciencia Ficción. Podremos prolongar la vida humana, la inteligencia artificial llegará casi a niveles de singularidad, podremos fabricar de manera descentralizada… Será un mundo como el que Leonardo da Vinci dibujaba en sus inventos mecánicos hace más de 500 años o como el que Asimov describía en sus novelas.

  • El mundo al que nos enfrentamos es un mundo en el que la Mezcla es un ingrediente tan importante como la tecnología. Cuando me refiero a la mezcla hablo de mezclar humano y tecnología, mezclar personas diversas en las organizaciones, mezclar compañías para crear nuevos ecosistemas más ágiles flexibles y especializados. Es importante contar con organizaciones equilibradas, donde los conocimientos de negocio se aderecen con visión sobre lo que las nuevas tecnologías pueden hacer por nosotros, cómo podemos ampliar nuestros objetivos de compañía y comenzar a dar servicios nuevos gracias al mejor conocimiento de nuestros segmentos.

Y de aquí llegamos a la Mezcla de Digital y Físico. Hay que cambiar la manera de pensar, cualquier cosa puede digitalizarse, desmaterializarse y, en el momento en el que esto sucede, las reglas que imperan en lo digital son bien diferentes y harán que los negocios cambien como no imaginábamos. El otro día en una charla que dimos en Barcelona alguien nos comentaba que, evidentemente, en algunos negocios donde se puede digitalizar el producto, es lógico que la evolución sea diferente, mayor y sorprendente. Pero esto no ocurre en todos los sectores.

He ahí el error. Aunque no podamos desmaterializar toda la cadena de valor de un producto o de una actividad, podemos pasar de poseer a usar, de un producto a un servicio y, por tanto, parte de la cadena se digitaliza. Pero déjenme poner un ejemplo: parece que el propio proceso de fabricación es contrario a la digitalización desde el momento en que tenemos que fabricar, producir algo físico. Pero podemos cambiar por completo los proceso de fabricación y pasar de la centralización a la descentralización y de la estandarización a la personalización con una fabricación “aditiva” como la de las impresoras 3D. La revolución Maker va a provocar una revolución que aún nos resulta difícil entender provocada por la mezcla de lo digital y lo físico. Una vez más: la mezcla.

  • Todo esto nos lleva a un mundo donde podemos incorporar inteligencia humana, robótica y llegará la artificial en ámbitos de la vida absolutamente novedosos y de una manera cada vez más extendida y estandarizada. Ciudades inteligentes, que nos permiten usar los recursos y disfrutarlas de forma más eficiente; tejidos inteligentes, que se adaptan al ecosistema en el que viven y que incluso evolucionan y crecen; hasta alcanzar la inteligencia artificial.

Es difícil anticipar lo que será en futuro próximo, pero es bonito soñar. Y, por primera vez, creo que los sueños están mucho más cerca de la realidad de lo que han estado nunca jamás. El mundo seguirá siendo mezcla y la super inteligencia estará en todas partes, pero creo que pasaremos  de lo grande y del Big Data a lo “Small“, a lo cada vez más personal. En el momento en el que la tecnología sea cada vez más barata, la información cada vez más fácil de procesar y la inteligencia artificial esté en todas partes todo podrá ser reducido a lo pequeño, a lo humano, a lo personal. Medicina individualizada, genética digital, seguros personales, banca individual, paquetes de telecomunicaciones adaptados a cada individuo, drones que entregan los libros en nuestras casa a través de nuestras ventanas, economía compartida donde los servicios están por encima de los productos, educación a medida y quizás podamos integrar inteligencia humana con conocimiento y datos almacenados en discos duros integrados a nuestro cerebro. Más tiempo para vivir, disfrutar, pensar…

¡Qué apasionante el momento que vivimos! Pero también qué difícil será integrar todo esto en nuestra vida, en nuestros hábitos. Qué difícil será comprender determinados cambios y acostumbrarnos para los que no hemos nacido en una era digital y seguimos viendo estos cambios con ojos donde se mezcla la vida de antes con la del futuro.

Más sobre la era postdigital en el vídeo del II Desayuno Postdigital con José de la Peña en Neolabels.

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